lunes, 27 de diciembre de 2010

Más que imposible.

Fue una noche muy buena, mucha cerveza, castillo nocturno, hay que despejar la mente. Muy buena onda los chicos, como siempre, y sin embargo acá estoy en la compu, sola y pensando. Siempre pensando porque para eso está el cerebro, matracando mi cabeza una y otra vez, un tanto alcoholizada y un tanto depresiva.
Y me resulta imposible sacarla de mi cabeza, un camino de ida y vuelta que termina en la cerveza.
Ahora me pregunto.. tardaré tanto como hace 5 años atrás ? Recuerdo que fueron 2 años de agonía, pero señores yo ya no estoy para estos trotes. Resulta que a veces nos ilusionamos al pedo, pasamos largas tardes y noches de alegrías, pero cuando llega el momento de volver a casa, verdaderamente queremos estar en casa ? Como me dijo mi fiel amiga maite, yo pasé un momento durisimo pero sigo en pie, verdaderamente sigo en pie ? No, nunca me levanté y creo que jamás me levantaré. No puedo superarlo, es algo que me superá, no puedo controlarlo. Puedo derrochar lágrimas por horas, por eso mismo trato de evitar el tema.
No puedo ponerme en pie y pensar en un futuro cuando mi presente se cae a pedazos, qué se hace en esas situaciones ? A donde corro cuando ya no hay lugar sin conocer ? Qué hombro me queda por manchar de lágrimas cuando la vida me pega 5 veces más ? Yo sólo quería unos mimos, y grande pity por esta gran compañía.
Verdaderamente todo volvió, no supe aprovechar a quien me quiso en su momento, no me supo aprovechar a quien quiero en este momento. Así es la vida, quiero un poquito de amor y un abrazo inolvidable. No pido tanto, o tal vez si, en tiempos de guerras sólo queda la resignación y el dolor, acaso es tan difícil un poco de falsedad para ver felices a los demás ?
Me declaro viuda y sin vida, me cansé del amor y sus derivados, te quiero ver a vos en mis recuerdos.
Punto final, restan 10 años de falsedad.

Sólo te pido.

Anoche tuve una reflexión muy grande, de esas que pasan cada tanto. Fue tan grande que me colgué de sobre manera. A ver, eran las 6 de la mañana y estaba viendo el final del documental sobre el avión que se cayó en la cordillera, muy emotivo, impresionante, pero muy mal armado, aunque la idea se entendía. En ese momento me comió una tristeza profunda, siempre me dan tristeza los hechos ajenos, ahora si me fijo mi vida me tendría que pegar un tiro, pero don optimismo siempre presente. Llegando al final del documental, y cuando ya todo estaba dicho, aunque los sobrevivientes seguían escondidos en la nieve, me paré y fui directo a la ventana de mi cuarto. Me di cuenta que hacía frío, más del que imaginaba, y solamente miré el cielo. No vi un cielo igual en más de un año, y el frío de vuelta me hacía acordar que estaba amaneciendo. Miré detenidamente el árbol de mi patio, miré la enredadera, miré las gotitas que caían del techo por el rocío, me mojaban e inmediatamente el cuelgue. Es como un recuerdo casi borroso aunque fue hace menos de 12 horas, me di cuenta que me picaba la cintura pero tenía los brazos cruzados y nos los podía mover, sentí mi cuerpo temblar y casi moverse, pero sin embargo no me podía mover. Tenía los ojos abiertos, la boca casi abierta como viendo algo totalmente nuevo, y mi cabeza giraba muy lentamente descubriendo algo nuevo. Había un aire espeso, se notaba como una neblina que se movía rápidamente por entre las paredes pero yo la veía lenta aunque sabía que iba todo rápido. Sin darme cuenta sentía las gotitas que caían en mis brazos los cuales no podía mover, la cabeza seguía el rumbo de una abeja, y ahí estaba yo. Me sentí una persona tan pequeña en un mundo tan grande, me di cuenta que nada iba bien, que hay algo que me come la cabeza y el corazón, me contrae el pecho. Ni bien se finaliza el pensamiento me di cuenta que lo que mojaba mis brazos no eran las gotitas del techo, eran de mis ojos. Me pregunté qué pasaba, y no entendía, todavía no entiendo. Qué me tiene tan triste ?
Finalmente me pude mover, calculé que pasaron unos 10 minutos, volví a mi cama y en el camino me encontré con Raúl, le di de comer, volví a la cama, miré el final del documental, apagué la tele y nuevamente.. ahí estaba yo, sin entender. Siguiente paso dormir, nuevo paso no saber que pasó la noche anterior.