Me hace sentir nuevamente aquello que había olvidado, me hace incrementar ternura. Me hace morir de felicidad con un nuevo abrazo y me asombra que sepa tanto, también me da pánico que las cosas lleven un rumbo acelerado, y de solo pensar en otras cosas quiero salir corriendo. Me despierta todos mis sentidos apagados, me revive los encendidos y me aterra, demasiado me aterra pensar en más allá.
Me deja picando un nuevo encuentro, sonrío con los pasados y vividos, me muestra una faceta desconocida y me anuncia nuevos chusmerios a un precio razonable.
Su estatura es perfecta, su boca es soñada, su pelo es oscuro y sus ojos bien despiertos y alegres. Me cuenta su vida en dos segundos, no me deja hablar y no me queda más que callarla con un beso. Sonríe, sonreímos ambas y seguimos. Me pega y le hago cosquillas, inmediatamente me abraza. Le muerdo el cuello y llora, la abrazo y sonreímos nuevamente. Está de mal humor pero sigue firme, y sigue hablando, por momentos parece que no va a parar. En dos segundos entiendo sus traumas y sus penas, la aconsejo, la restrinjo y se enoja. Le cuento lo que hacía a su edad y se ríe de mi edad.
Hablamos largas horas y parece el día detenido con el sol apagado, queremos echar a todos alrededor y todos se acercan más, llega el punto en que se cansan y se van. Me besa, me quedo sin intender y trato de no perder el ritmo. Separación y automáticamente vergüenza, sonrisas al por mayor. Le comento que lindo le queda el pelo atado, se pone roja y yo también. Me dice tierna y entiendo otra frase, pánico y asombro van de la mano.
Sus amigas, mis amigas y temas de charlas, llamadas que cortan todo y mentiras piadosas. Y tus mentiras no piadosas porque no mentís, te empezas a reir y no paras, me pongo seria y exijo verdades, me las donas. No sabe mentir y es fiel a sus decisiones.
Me cuenta lo jodida que es la vida y su sonrisa optimista me hace volver a creer, y no puedo entender que pasa.
Toca el momento de irse y ninguna quiere irse, nos damos cuenta que la próxima tal vez no haya más superior a eso, nada más simple que una charla. Un sapo interrumpe el momento y descubre mi fobia. Comenta cualquier situación con la abu, y comenzamos el camino de regreso. Te da vergüenza por algún motivo que te lleve a tu casa y me quedo en mute, entiendo y retrocedo. Tu papel de chongo, mi papel de mina y los cuerpos y actitudes cambiadas.
Así de mínima es la vida, y así de chiquita tu estatura, creer o reventar. Morir en el intento o volver a soñar. Me regalaste algo que jamás vas a entender, me devolviste la sonrisa, pero cortemos acá que seguro voy en cana.
¿Qué mierrrrda te pasa nanda?