domingo, 8 de mayo de 2011

Martini.

Ella me llamó, la mujer que estaba en bikini con colores raros, me gritaba y entonces fui. No dudé mucho porque sentía que algo importante se venía. Tras una sonrisa comenzó a hablar, me dijo cosas que no yo no entendía, o tal vez si, pero me negaba a escuchar, fue tan sólo la idea de irme que me mandó al frente, ella me agarró fuerte el brazo y no me soltó. Dudé como lo hago siempre, la miré fijo a los ojos, me miré el brazo y sus dedos dejaban sus rastros en mi. Solamente acotó: escuchate un segundo más.
Al final de esa casi interminable conversación que sólo duró 47 segundos, remató diciendo: "... y tu asquerosa incapacidad de olvidar no te va a dejar progresar, vivir ni morir, solamente sufrir hasta echarte a llorar."
Que hermosa mujer, poseedora de toda verdad.