viernes, 4 de febrero de 2011

Temblor.

De cada persona siempre me queda algo.
Leyendo ciertas cosas que no van al caso me puse a enumerar mentalmente todas las señoritas que pasaron por mi persona, y sus respectivas marcas.

Por orden cronológico:

1. El primer beso torto, si lo pienso se me hace agua la boca, me encontré con una muchacha que sabe usar la boca muy bien. Fue un beso ilegal que eso hizo aumentar el condimento. De esa muchacha me queda la confianza, el hecho de poder estar hablando de nuestros propios problemas sentimentales a pasar a darnos con mucha pasión en dos segundos. Mi psicogarche .

2. De la segunda me quedaron miles de cosas, muchisimo tiempo juntas. Me remonto al primer encuentro, que también tuvo su condimento ilegal, además de mucho alcohol encima. No me acuerdo cuantas horas estuvimos juntas, casi sin poder separarnos como así estuvimos por tanto tiempo. Otra chapadora profesional con honores. De ella me queda su pasión, esa que descubrí una noche y me va a quedar toda la vida. Pasión, así de simple.

3. Para no perder la costumbre, otro ilegal más. Un beso que venía pendiente hacia 2 años, tal vez más. Fue la segunda mujer que me gustó, se me dio y cómo negarme? Terminé perdiendo, un chape muy malo, sin coordinación, nada nada. Me queda su buena onda, y su predisposición a repetirlo cuanto antes posible, aunque tal vez de mi parte no haya ganas, mejor me quedo con su buena onda y sus consejos sexuales. Mi hermosa sexologa :)

4. La cuarta creo que es muy particular. No me sale describirla, ni describir ese beso eemm a ver.. Puedo comenzar diciendo que nos dimos por el simple amor al arte (?). Una besadora tranquila, totalmente diferente a su imagen. Hoy entra en la clasificación de "amiga", la aconsejo a ella y a su novia, qué tul?. Muy buena conexión hubo en su momento, pero fue un fiasco. De ella me queda todo lo que conocí gracias a ese beso, y lo que conocí me lo guardo para mi. Algo más? Otro ilegal.

5. Antes que nada, alguna duda? Si, ilegal. La quinta, que tema. No me sale describirla así que vamos a los bifes. Me olvido de sus chapes, que malos que eran por favor, me quedo con sus rasguños en mi espalda que me pueden.

6. La última que paso por este cuerpo, y la única legal, ninguna de las dos con compromisos (algún chape bien tenía que existir). Me acuerdo de la situación y me causa bastante. Después de meses de histerisqueo por mensajes de texto, de muchos si, de muchos no, de pocos encuentros, pum se dio. Chapar en una esquina, a pocos metros de una iglesia no tiene precio. Un chape que me dejo con ganas de más, pero que no se podrán repetir, cortito pero acertado, excelente. De esa chiquita me queda su histerisqueo propio de su edad, pero rescato ese histerisqueo divertido con el cual casi me pide casamiento.


Fin.

Mi vida tiene muy poca acción.
Cambio y fuera.