domingo, 20 de febrero de 2011

Hoy me acordé.

Si te veo por la ventana me da miedo.
Me encuentro en un pequeño viaje rodeada de hermosa soledad.
Nuevamente miro por la ventana y me quedo pensando, tal como lo hice todo el fin de semana.
Estoy extremadamente triste que ya ni mis ojos me permiten mentir. Se fue abriendo un gran vacío adentro mío, y sigo sin respuestas, de qué se trata? Pasan cosas, la vida misma, y cada nueva termina siendo peor que la anterior. En esa gran avalancha de pensamientos surge la vieja propuesta del psicólogo, no quiero caer en un pozo depresivo y dejar la vida pasar sin haber saldado más cuentas. Surgen otros tipos de soluciones también, pero esos me van a llevar al final, en donde la luz siempre es clara.
Como te necesito cigarrillo, pero como me matas. Y desde cuando empecé a preocuparme por mi?.
Estoy haciendo muy malas jugadas, estoy tomando la dirección que no debo. Me siento completamente sola y diminuta gritandole a un gran cartel que se esconde. Al final de todo... por lo menos siento todavía.
La sonrisa duró sólo 2 segundos, llegan nuevamente los ojos tristes, y el peaje tiene tu olor.
Salgo del infierno, batalla perdida.
Vuelvo a casa, toca reconstruir muchas cosas antes de volver a decidir, pero juego la vida a ganar. Sonrisa de playa.


Texto elaborado en el trayecto Buenos Aires-Chascomús, sin ningún tipo de estupefaciente de por medio.
Desde ya muchas gracias. Saluda atte. NandaLove.

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