Un día algo se mueve demasiado rápido.
Un día algo se cierra.
Un día ella aparece.
Un día comienza a iluminarme la cara.
De pronto me enseñaba la verdadera felicidad.
Me enseñaba el amor.
Me enseñaba a conocerla.
Me enseñaba a extrañarla, y a quererla como nadie.
En un instante me brindó la mejor de las sonrisas.
En un instante me regaló el mejor de los abrazos.
En un instante era mía.
En un simple instante me besó.
Sin darme tiempo todo quebró.
Sin darme el momento justo se despidió.
Sin darme más que un bastardo texto me dejó.
Me senté a esperar la vida pasar, no jugué más cartas por culpa de ese amor.
Me senté esperando verla pasar, y que me lleve a recorrer los rincones más tibios de la ciudad.
Me senté esperando una sonrisa, un abrazo y un adios.
Al ver que nada pasaba dudé un segundo y me volví a sentar, esperandome volver.
Cuando por fin entendí que lo que más amé no volvería por mi.
Cuando caí en la cuenta que me negaba a entender.
Cuando supe que no existía un para siempre nunca más.
Cuando aprendí a odiarte, me perdí.
Si vos supieras valorar.
Si vos entenderías todo lo que me pasó.
Si vos me agarrarías fuerte de la cintura.
Si vos serías lo que siempre quise que fueras
este cuento tendría otro final,
y no existiría ni la moraleja, ni un nosotras.
Es gracias a vos que me volví a levantar.
Gracias a vos puedo volver a creer.
Gracias a vos aprendí que afuera siempre hay algo mejor.
Gracias a vos cierro la pesadilla y abro el mejor de los sueños.
Último para vos, te juro esta vez te cierro para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario