Número uno.

No se si será el momento de calentura, o lo seguiré pensando después de la siesta de ahora. Pero te odio UBA, odio las instituciones públicas, lamentablemente antes si tenían su prestigio, a esta altura y con este gobierno ya no, se contratan a personas que no saben ni sumar, y encima le rompen los huevos a los que verdaderamente apostamos a lo público, y a estudiar.

Así que momentáneamente, chau UBA, chau capital federal, los 2 años más estresantes de mi vida.