lunes, 15 de septiembre de 2008

No se necesitan compañias.


Se empieza de cero y se termina en cero, al cielo nunca nos vamos acompañados. Muchas cosas que necesariamente son individuales, sin embargo buscamos una compañia a toda costa.
El mismo humano vive contradiciendose todo el tiempo.
A veces, lo malo de las compañias es que cuando volvemos al punto cero, nos quedan los recuerdos, esos que nunca olvidamos, los motivos por los cuales uno no desea quedarse solo nunca. Aunque sería mucho más fácil y más ahorro de tiempo, directamente quedarnos solos durante nuestro paso por la tierra.
Como capicua de vuelta a los recuerdos, me escondo en el refugio de tus ojos, en el recuerdo de tus propios recuerdos, veo el consuelo que algún día necesite.

No hay comentarios: